Oscar Gómez, leyenda de la Maquinaria Roja

Oscar Gómez, leyenda de la Maquinaria Roja

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Gerald Hernández

(19 de junio 2021) – Pocos peloteros en la historia de nuestro beisbol han jugado con la intensidad de Oscar Gómez, el jardinero izquierdo de los Dantos de 1981 a 1990, que se entraba y salía corriendo al terreno de juego.

“El deporte debe jugarse con energía”, dice Gómez, quien a sus 66 años de edad todavía juega beisbol, corre cinco kilómetros diarios y en honor a su destacada carrera, impecable disciplina y ejemplar actitud, ha sido designado por la Organización Deportiva Dantos para lanzar la primera bola este domingo en el Estadio Nacional Dennis Martínez, previo al juego de la serie entre la Maquinaria Roja y el Bóer, a las 3:00 de la tarde.

Gómez fue fundador de los Dantos en 1981. Era parte del Ejército de Nicaragua y estaba ubicado en la segunda región, específicamente en Chinandega, cuando el comandante Richard Lugo (q.e.p.d.) lo recomendó para jugar con los Dantos, cuando se estaba armando el equipo y buscaban peloteros.

Gómez llegó a la Maquinaria Roja y ayudó a ganar los campeones de 1985, 1987 y 1988. Salió del equipo por lesión en 1990, pero quiso seguir y además jugó con Carazo, Granada, Chontales y Chinandega hasta su retiro en 1993.

Dirigió a Chinandega en la recta final de la temporada de 1995, sin embargo luego se dedicó a otras actividades para sobrevivir, sin dejar por una lado el beisbol como recreación, porque es su pasión.

Nacido en Granada, el 25 de marzo de 1955, Oscar Martín Gómez Zeledón es uno de los jugadores más emblemáticos de los Dantos en su historia, más allá de sus estadísticas, su influencia, legado y presencia lo hacen un inmortal en esta organización.

Debutó en el beisbol de Primera División en 1974 con el Flor de Caña, luego estuvo con Chinandega, Granada y Carazo hasta 1976. Luego salió del escenario del beisbol superior para dedicarse a trabajar, aunque jugaba en las ligas Mayor A, y en 1979 se unió al Ejército de Nicaragua.

Su actitud, junto a la disciplina militar, lo convirtieron en un atleta ejemplar, tomando un lugar importante en los Dantos, bateando usualmente de quinto en el lineup y a cargo del jardín izquierdo, con el número 44 en su uniforme.

Jugó con la Selección Nacional en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cuba en 1982. Fue campeón de bateo en el Torneo Stanley Cayasso de 1988 en nuestro país y también destacó en cuadrangulares en el Torneo Selectivo de 1984. En esa época, Nicaragua tenía dos selecciones nacionales y Gómez usualmente jugaba en la B, participando en diferentes eventos internaciones, como en Rusia en 1988.

“Un atleta siempre debe estar preparado al cien. Yo entrenaba con el equipo y por mi cuenta. Estaba listo para jugar diario”, afirma Gómez, quien conserva una estupenda condición física.

“Juego beisbol en una liga de mayores de 50 años en el Capulín. Corro cinco kilómetros todas las mañanas y también juego con el equipo de las Leyendas de los 80, con los cuales hacemos giras a diferentes partes del país. El beisbol me dejó muchos momentos bonitos, los mejores cuando con los Dantos ganamos los campeonatos. No tuvo la suerte de jugar más tiempo con la Selección A, pero estoy satisfecho con mi carrera”, apuntó Gómez.

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