Gerald Hernández
(29 de julio 2021) – Como todo chavalo de 16 años de edad que juega al beisbol, Derek Loáisiga sueña con una firma profesional, llegar a las Grandes Ligas y convertirse en una estrella.
A diferencia del resto de chavalos de 16 años de edad que juegan al beisbol en nuestro país, Derek tiene un hermano en las Grandes Ligas, Jonathan Loáisiga, un padre que hizo una gran carrera a nivel nacional y que también estuvo firmado, Stanley Loáisiga, quien además jugó con un miembro del Salón de la Fama, Vladimir Guerrero, y otro de sus hermanos, Mike, también estuvo firmado con los Dodgers y es actual jugador del beisbol nacional.
Derek tiene el peso de una familia exitosa en el beisbol, pero no deja que esto lo atormente y más bien parece tener una mentalidad madura y sabe que para triunfar no importa el apellido, sino el trabajo duro.
“La verdad es que hay un poquito de presión por todo lo que han logrado mi papá y mis hermanos. Se que hay muchas expectativas sobre lo que puedo hacer yo, pero trato de no ponerle mente a eso y más bien voy a esforzarme al máximo para lograr mis metas”, expresó Derek, quien este año dio un salto grande en su carrera, al ser ascendido por los Dantos a la liga de Primera División, en la cual juega frente a peloteros que duplican su edad y hasta casi la triplican.
Derek creció en los campos de beisbol. Desde niño ha acompañado a su papá y hermanos, así que cuando los Dantos lo subieron al equipo grande y muchos se preguntaron si estaba listo por su corta edad y fina complexión física, se comportó como un veterano. Tiene sólidos fundamentos del juego y está acostumbrado al ambiente de los estadios.
“Si me firman me siento preparado para las Ligas Menores. Mi papá y mis hermanos me han dicho todas las cosas duras que se viven ahí y estoy dispuesto a pasar por ese sacrificio porque quiero llegar lejos en el beisbol. Todo va a depender de mí”, valora el menor de los Loáisiga.
Derek tiene fluida comunicación con su hermano Jonathan, quien lanza en las Grandes Ligas con los Yanquis de Nueva York y que por supuesto le da muchos consejos y lo apoya.
“Jonathan me da aliento, me aconseja mucho sobre el beisbol y la vida, es muy tranquilo conmigo, me dice que no tenga presión. Cada vez que puede me manda zapatos, guantes y cosas que necesito para jugar y que me hacen sentir bien”, confesó Derek, quien el próximo año será elegible para una firma profesional.
El apellido Loáisiga de alguna manera será un respaldo para Derek en busca de una firma. Ser hermano de un jugador de las Grandes Ligas es un valor agregado para cualquier prospecto, y además, Derek tiene una contextura física similar a la de Jonathan, aunque prefiere batear en lugar de lanzar.
“Tengo la ventaja que puedo batear o lanzar. Yo quiero que primero me prueben como bateador, pero si los scouts prefieren firmarme como lanzador yo no tengo problema. Jonathan me preguntó que prefería y me respalda en lo que quiero. Pero estoy abierto a cualquier posición con tal de jugar beisbol profesional y tener la oportunidad de llegar a las Grandes Ligas”, afirma este chavalo que habla con la mentalidad de alguien más maduro para su edad.
Además de su papá Stanley y sus hermanos Jonathan y Mike, Derek también considera a su mamá, Ena Vanegas, como una persona valiosa en su desarrollo como jugador.
“Como mi papá estaba jugando o dirigiendo, era mi mamá quien me llevaba los fines de semana a los campos de juego. Como ella es de Masaya, allí jugué mi primera liga a los 4 años de edad, con un equipo llamado Cachorros”, recuerda Derek, quien también agradece al señor Luis López, un amigo de la familia y padre de un jugador contemporáneo con él, por ser parte del grupo que andaban juntos en los campos de juegos.
Derek no ha sufrido las limitaciones que pudieron tener su padre y hermanos, pero por otro lado tiene que lidiar con el peso del apellido. De cualquier manera, él tiene bien fijada sus metas.
“Primeramente Dios, se que puedo llegar tan lejos como Jonathan, Mike o mi papá. Cuento con la ayuda de ellos y estoy dispuesto a esforzarme, trabajar duro y hacer todas las cosas extras que sean necesarias para triunfar”, aseguró Derek, quien también sabe que por su apellido, hay personas que lo apoyan o lo rechazan gratuitamente. “Es algo que no se puede evitar, siempre habrá gente que hable bien y otras que hablen mal. Yo no le pongo mente a eso”.